Hay individuos que circulan
a 130 kilómetros por hora e incluso más. Son auténticos suicidas y asesinos en
potencia, como los que conducen bebidos o drogados. Encima algunos de ellos
hasta van sin seguro. Y es que hay personas que al volante se transforman
negativamente y se vuelven salvajes. Se sienten dueñas de la carretera y para
ellas rige la ley de la selva. Y se tornan imprudentes, irresponsables e
irrespetuosas. Al contrario que las deprimidas -las cuales buscan la muerte- se
mueven por la vida con una seguridad pasmosa, creyendo que no les va a ocurrir
nada malo, que el dolor y el sufrimiento son cosa de otros y que no van a
palmar jamás. Hasta el día que la desgracia les afecta a ellos directamente: es
entonces cuando toman conciencia de la condición mortal del ser humano. Es
cuando realmente se dan cuenta de su fragilidad y de su miseria.
Finalmente decir que la reforma
de la Ley de Tráfico y Seguridad Vial, pone en mi opinión demasiado énfasis en
las multas debido al afán recaudatorio que tiene el Gobierno. Y HAY PERSONAS
PUDIENTES QUE PUEDEN PAGAR TODAS LAS MULTAS DEL MUNDO y por lo tanto seguir
delinquiendo. Por ejemplo, si se quieren evitar los accidentes producidos
por conductores ebrios, en lugar de aumentar la multa al doble en las personas
que den positivo en la prueba de alcoholemia, es más eficaz y ejemplarizante
dejarlas sin carnet uno o varios años. Y las personas que maten a alguien (por
no respetar los semáforos o los pasos de cebra, por ir bebidas, drogadas o a
gran velocidad, etc.) deberían cumplir íntegramente condenas más largas, como
ocurre en otros países de Europa. Porque en Argentina, penalmente hablando,
sale barato delinquir. Y MÁS SI SE ES FAMOSO O PODEROSO.
El caso de Paladini http://www.cadena3.com/contenido/2014/09/17/134774.asp?titulo=Paladini-el-fiscal-dice-que-no-hay-pruebas-de-una-pedrada
no solo
demuestra la impunidad que tiene este empresario, para moverse a gran alta
velocidad en su automóvil de alta gama, exponiendo con sus actos a otros seres
humanos de ser víctimas mortales, sino
que su suicidio producto de su acto delictivo de manejar en contra de las leyes
de tránsito, fue trocado por su entorno familiar y en complicidad con la gran mayoría
de los medios de comunicación masivos falsean la pericia hallada por el fiscal
(ver nota aparte) indicando que el motivo del “accidente” fue producto de “la
inseguridad”, ya que supuestamente el impacto de una piedra en el parabrisas
fue la causal de la muerte de ese Burgués. De allí en más los reaccionarios de
derecha canalizan su odio racial contra los que denominan “negros de la villa”
dando espacio a personajes mediocres como Cutzarida
que sale en los medios
solamente por ser un actor mediático, compartiendo a la ideología de la Iglesia
y a la derecha fascista.
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